viernes, 13 de diciembre de 2013

La relación entre creatividad y enfermedades mentales




Los genios están un poco locos, o al menos, eso dicen. Lo cierto es que los estudios científicos confirman que existe una relación entre creatividad y enfermedades mentales, aunque no es una regla infalible.



La creatividad y los trastornos mentales

De los once premio Nobel de literatura estadounidenses, cuatro de ellos eran alcohólicos: Sinclair Lewis, Eugene O'Neill, William Faulkner y Ernest Hemingway. Además, Franz Kafka tenía depresión y ansiedad social, Leon Tolstoy era depresivo y con tendencias suicidas, Virginia Wolf estaba diagnosticada de depresión, al igual que Winston Churchill.

Según un estudio realizado por el Instituto Karolinska (Suecia) en más de un millón de personas, los profesionales creativos tenían un 8% más de probabilidades de sufrir trastornos mentales respecto a las personas que se dedicaban a otro tipo de profesiones -por ejemplo, médicos, abogados o profesores-.



Los escritores son los que salen peor parados de esta investigación, ya que tenían un mayor riesgo de sufrir trastornos de ansiedad (38%), bipolaridad (121%), esquizofrenia, depresión y abuso de sustancias -alcohol y drogas-. Además, tiene el doble de probabilidades de suicidarse que personas que se dedican a otras profesiones.

Por su parte, los bailarines, científicos, los fotógrafos y otros productores creativos tenía una tendencia mayor a sufrir trastorno bipolar respecto a otras profesiones, pero las tasas eran menores que las de los escritores. En general, el grupo de personas dedicadas a profesiones relacionadas con la creatividad solían tener un núcleo familiar con parientes cercanos que sufrían de anorexia, de autismo o de otras enfermedades mentales, aunque ellos no tuvieran ninguna.

En esta investigación también se definió la creatividad en base a tres aspectos: la personalidad -rasgos propios como la curiosidad-, el proceso -lo que ocurre en el cerebro durante el acto creativo- y el producto.

¿Por qué están tan marcados los escritores?

Probablemente porque se necesita mucho tiempo antes de poder ver algo publicado, además de que necesitan mucho esfuerzo para conseguir información, espera que no se produce en otras ocupaciones, y que puede desequilibrar a la persona


La importancia de la investigación

Todos estos trastornos pueden dar aspectos beneficiosos a la creatividad y el ingenio, lo que abre una nueva puerta en el ámbito de la psiquiatría: un enfoque diferente de tratar las enfermedades mentales como la esquizofrenia o la bipolaridad, que permitirán aprovechar lo bueno de la situación y mejorar los aspectos negativos. Se deja de ver todo blanco o negro, y se comienzan a ver matices. Sin embargo, tampoco debemos idealizar a los enfermos mentales, ya que sin duda alguna, necesitan atención.

De esta forma, parece demostrarse una relación entre la creatividad y las enfermedades mentales, aunque se le da un nuevo enfoque más allá del escritor loco. ¿Tú que piensas al respecto?

martes, 10 de diciembre de 2013

La Lanza del Destino y los Misterios Andinos





Por Dennis Morales Iriarte


No ha debido haber un momento en la Historia Universal en el que los mitos dejaran de mezclarse con lo más hondo del subconsciente humano, sin importar las culturas o los tiempos que las separan. La cornucopia de conocimientos ancestrales se refleja hasta en lo más alto de los Andes, con culturas tan ricas y arraigadas en un estilo de vida duro propio de aquellas altas montañas y frías punas. La lectura de “La Lanza de Longinos” El Conjuro del Abrigo Negro de Sisina Anze nos sumerge en vivencias milenarias que nunca podríamos concebir en nuestros cómodos mundos urbanos, tan apresurados sino frívolos e impersonales.

La autora, reconocida como artista de obras literarias por el Estado Plurinacional de Bolivia, ha sabido fusionar con total éxito no sólo elementos tradicionales alto-andinos sino también hechos históricos, propios de una Europa consumida por la Segunda Guerra Mundial, y otros más bien de puntual actualidad en un mundo como se concibe hoy plagado de la omnipresente tecnología.

Los hechos acaecidos en esta obra empiezan con el acervo magistral de historias narradas en el aclamado “Abrigo Negro” (2009), hoy reconocido como texto de lectura en la enseñanza secundaria en Cochabamba, Bolivia. Aquella obra seminal empieza imbuyendo al joven lector en la maravillosa mitología andina, en usanzas de la comunidad minera y del minero como forjador de sus propios mitos a través de los siglos de ardua labor. Asimismo aparecen por primera vez elementos del misticismo europeo que trascienden fronteras hasta llegar impunes hasta nuestro propio país, dejándonos con el pasmo literario a todos aquellos afortunados que ya leímos esa primera novela.

La presente obra representa una continuación de la novela El Abrigo Negro, aunque ésta podría fácilmente ser leída independientemente de la anterior, ya que los eventos narrados pertenecen a líneas temporales excluyentes y protagonistas muy disímiles, que al final logran complementar una nueva trama a este monumental esfuerzo de la autora. Si bien es cierto que el misticismo conflagrado en la gran guerra repercute de igual forma en “La Lanza de Longinos” El Conjuro del Abrigo Negro, ahora la historia toma lugar en nuevas locaciones del altiplano boliviano, todas plagadas de fantásticas costumbres milenarias que ni siquiera la colonia española pudo erradicar. Aparece el Tinku como un guerrero de sus tradiciones, luchando contra el olvido del tiempo y de las nuevas generaciones a veces renuentes de tan maravilloso legado.

“La Lanza de Longinos” está escrito en un lenguaje tácito, hace gala de un esfuerzo épico de recopilación histórico-cultural y entrega lo que promete.