viernes, 13 de noviembre de 2015

Sobre el ganador del premio de novela Marcelo Quiroga Santa Cruz

(Una reseña escrita por Gaburah L. Michel)

Lo conozco hace ya seis años y luego de este tiempo de trato con él, he decidido que mi editor, Daniel Averanga Montiel, es un demonio de inframundo disfrazado de alteño. Uno de esos raros bichos que solo a Jeff Long se le pueden ocurrir y que parece haber emergido para dar testimonio del infierno más elemental, casi lovecraftiano, del cual proviene.

Luego de largos ocho años de esfuerzo, finalmente el trabajo de Daniel ha dado su primer fruto, traducido en el premio plurinacional de novela “Marcelo Quiroga Santa Cruz”. Un veredicto por demás justo pues “La Puerta” es un relato para el que Averanga se ha tomado todo el tiempo del mundo. No lo maceró de la noche a la mañana, sino que fue producto de alcohol, hostias, sudor y vesícula. De las 19 obras postuladas, el jurado integrado por Martín Zelaya, Willy Muñoz, Andrés Laguna, Álvaro Pérez y Rodrigo Urquiola Flores, decidió otorgar por mayoría simple el premio a la obra escrita por Daniel. ¡Y ya era hora, carajo!

“El jurado destaca el trabajo polifónico en la estructura narrativa que sostiene a esta novela y las pinceladas de humor negro”, señala el acta del jurado. Y no es para menos, yo mismo aprendí la polifonía de Averanga, no por nada es mi editor. Ha sido finalista en cuatro ocasiones del Premio Franz Tamayo y publicado varias antologías con editorial 3600 y El Cuervo. “Gritos Demenciales” y “Nuevos Gritos Demenciales” son dos esmerados trabajos en pro de la narrativa de terror, compendios bien armados que Averanga impulsó con toda la intención de afligir las almas de los mortales. “Vértigos”, antología de cuento fantástico boliviano es otro trabajo disciplinado de Daniel que, como antologador, logra sacar lo mejor de los autores a quienes llama a sus antologías. Todo este curriculum sin duda habla de un compromiso con la literatura.

Conociéndolo, sé que ahora mismo Daniel debe estarse regodeando con los elementales del infierno, abisales y ciempiés carnívoros en la morada de Cthulhu; este merecido premio lo seguirá incentivando a llenar de pánico las páginas del ideario literario boliviano. ¡Y que así sea! Sin importar lo controversial que pueda ser él como autor, o su trabajo; más allá de las antologías y las paranoias; este sujeto diabólico tiene una misión y un compromiso con el caos. Eso es parte de la literatura de terror, es parte de lo que escribe. Por eso, brindo esta noche propicia por el ganador del premio “Marcelo Quiroga Santa Cruz”. Hágase la oscuridad.

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