miércoles, 6 de noviembre de 2013

10 interesantes curiosidades sobre el Universo





El universo es todo: es el lugar donde vivimos, es uno de los mayores misterios sin resolver, es el todo y la nada, un lugar donde todo cambia y del que sabemos poco. ¿Crees que sabes mucho sobre el universo? Entonces, no te pierdas estas curiosidades acerca del Universo a continuación.


1.  Para entender el universo, debemos entender lo más pequeño



A medida que los científicos empezaron a investigar el Big Bang, se dieron cuenta que mientras más atrás iban en el tiempo, se iban encontrando con un universo más pequeño, más caliente y más denso, regido por energías extremadamente altas. Estas condiciones se dieron en el ámbito de la física de partículas, por lo tanto, para entender el universo, se tienen que empezar a estudiar en profundidad las cosas más pequeñas del mismo.

2. Las galaxias buscan separarse lo más posible una de la otra


Las galaxias se están separando la una de la otra a un ritmo cada vez más acelerado, lo que lleva a la conclusión de que, probablemente, el universo podría finalizar en el llamado Big Rip, un desgarro del mismo. Los científicos que creen en este final tan catastrófico se basan en la idea de que esta expansión no podrá seguir por siempre.

3. No hay un centro del universo


No es ni la Tierra, ni ningún otro planeta, galaxia ni nada en particular. El universo no tiene centro, y si lo tuviera no sería ni nuestro planeta ni nuestra galaxia.

4. Una gran proporción de lo que se componen las cosas no lo podemos ver


La luz, las ondas de radio o los rayos X son algunas de las cosas que nos permiten ver parte del universo, pero lo cierto es que la mayoría aún está oculta. Pero otros fenómenos como los cambios en la temperatura, las velocidades orbitales o la velocidad de rotación de las galaxias son la evidencia de que eso que no vemos está ahí, que la materia oscura existe.

5. Estructuras a gran escala del universo



Si tenemos en cuenta solo las grandes estructuras del universo, está formado por filamentos huecos, supercúmulos y grupos de galaxias. Algunos supercúmulos forman parte de las paredes, que a su vez son parte de los filamentos. Los espacios vacíos son conocidos como huecos, y estas agrupaciones de cosas y vacíos se debe a la diferencia de temperatura al generarse el universo.

6. El universo es plano



Basados en la teoría de la relatividad de Einstein hay solo tres formas que puede tener el universo: abierta, cerrada y plana. Las mediciones han confirmado que, efectivamente, es plana. Combinando geometría y la idea de la llamada materia oscura se llega a la conclusión de que la forma más probable en que el universo llegue a un fin es mediante la congelación.

7. El universo tiene una edad de 13700 millones de años


Esta medida se hace en base a la radiación cósmica de fondo y tan solo tiene un 1% de precisión. Métodos más antiguos medían la abundancia de núcleos radiactivos y se hacían observaciones en cúmulos globulares de las estrellas más viejas.

8. El universo abarca un diámetro de 150 mil millones de años luz


Eso mismo: medidas actuales creen que el universo tiene un diámetro de aproximadamente 150 mil millones de años luz, aunque se expande cada vez más. Aunque parece poco lógico teniendo en cuenta la edad del Universo, debemos saber que se está expandiendo a una velocidad cada vez mayor.

9. A medida que envejece, el universo se enfría


Diversas observaciones en galaxias lejanas han demostrado que el universo se está expandiendo a pasos agigantados. Otros datos demuestran que gradualmente se va enfriando, por lo que se puede llegar a considerar que el fin del universo se dará cuando este se congele.

10. Estaba caliente cuando era joven...


La teoría más aceptada sobre el origen del universo es la del Big Bang, aunque nadie sabe exactamente qué fue lo que originó este estallido, pero sí que el universo estaba increíblemente caliente en el momento del estallido y se iba enfriando a medida que se expandía. Un minuto luego del Big Bang, se estima que la temperatura era de 1000 millones Kelvin.

martes, 5 de noviembre de 2013

La ceniza de los supervolcanes es capaz de convertirse en lava a kilómetros de distancia




Los supervolcanes, como el que se encuentra inactivo bajo el Parque Nacional de Yellowstone en Wyoming, Estados Unidos, son capaces de producir erupciones miles de veces más poderosas que las erupciones volcánicas normales. Aunque solo ocurren una vez cada varios miles de años, estas erupciones tienen el potencial de matar a millones de personas, además de por supuesto exterminar animales y arrasar campos agrícolas, debido al tremendo calor y a la cantidad ingente de cenizas que liberan a la atmósfera.

Ahora, unos investigadores, de la Universidad de Misuri en la ciudad estadounidense de Columbia, han mostrado que la ceniza producida por los supervolcanes puede estar tan caliente que es capaz de convertirse en lava cuando se posa en el suelo a decenas de kilómetros de distancia de la erupción original.



Lo usual es que, tras una erupción volcánica, la lava fluya directamente desde el volcán hasta que a cierta distancia del mismo se enfría lo suficiente para solidificarse en el terreno. Sin embargo, los investigadores encontraron evidencias de un antiquísimo flujo de lava a decenas de kilómetros de distancia de una erupción del supervolcán de Yellowstone que ocurrió hace alrededor de 8 millones de años.



Hace algún tiempo, el profesor Graham Andrews de la Universidad Estatal de California en Bakersfield descubrió que ese flujo de lava estaba hecho de cenizas expulsadas durante la erupción. El hallazgo parecía un tanto confuso y cuestionable. Sin embargo, ahora el equipo de Alan Whittington, Genevieve Robert y Jiyang Ye, de la Universidad de Misuri, ha determinado cómo ese singular fenómeno pudo ser posible.



Durante la erupción de un supervolcán, los flujos piroclásticos, que son nubes gigantes de piedras y cenizas a temperaturas muy elevadas, viajan a gran distancia del volcán. Los autores del nuevo estudio han determinado que la ceniza de los supervolcanes tiene una temperatura elevadísima, superior a la de la ceniza de un volcán normal, y que eso, con la ayuda de un fenómeno adicional de calentamiento, hace que dicha ceniza se convierta en lava cuando aterriza, por lo que a partir de ese momento es capaz de fluir por el terreno hasta que se enfría y solidifica.



Sin ningún proceso adicional que la ayudase, parecería poco creíble que la ceniza no se pudiera enfriar, durante su trayecto aéreo, lo suficiente como para no poder ya transformarse en lava una vez que aterrizase en el terreno. Sin embargo, hay una explicación plausible de cómo la ceniza de un supervolcán puede tener la temperatura suficiente para convertirse en lava cuando llega al suelo. Los investigadores opinan que, al menos en el caso estudiado, el fenómeno es posible por la altísima temperatura inicial de la ceniza más un proceso conocido como "calentamiento viscoso". La viscosidad es una medida del grado de resistencia a fluir que experimenta un líquido. A mayor viscosidad, menos fluida es la sustancia. Por ejemplo, el agua tiene una viscosidad muy baja, por lo que fluye con mucha facilidad, mientras que la melaza tiene una viscosidad más alta y por eso fluye con mayor lentitud.


[Img #15904]


Ejemplo, en Idaho, de lava que tras deslizarse sobre un terreno se acabó solidificando. Esta lava provenía de la erupción, a kilómetros de distancia, de un supervolcán en Yellowstone, acaecida hace 8 millones de años. (Foto: Graham Andrews, profesor de la Universidad Estatal de California en Bakersfield)



El proceso del calentamiento viscoso se puede ver como lo que le ocurre a la melaza cuando se la remueve con una cuchara dentro de un tarro. Es muy difícil remover el contenido de un tarro de melaza, y hay que usar mucha fuerza para mover la cuchara con el brío suficiente. Sin embargo, al remover con brío la melaza, la energía que estamos usando para mover la cuchara se transfiere a la melaza, la cual se calienta un poco. Esto es el calentamiento viscoso.



Algo comparable le ocurre a la ceniza de un supervolcán. Cuando la ceniza caliente entra en contacto con el terreno después de su vuelo a una velocidad enorme, esa energía análoga a la recibida por la melaza hace que la ceniza aumente de temperatura. Este calor extra creado por el calentamiento viscoso no es muy grande pero sí suficiente como para causar que la ceniza, que ya de por sí está aún muy caliente por provenir de un supervolcán, se derrita y comience a fluir como lava por el terreno.